viernes, 13 de abril de 2018

Peña de Fútbol Veteranos de Cenes de la Vega


La Peña de Fútbol Veteranos de Cenes de la Vega lleva en el municipio más de treinta años en los que han mantenido los valores deportivos y de confraternización en la práctica del fútbol. 

Conformada como Peña Deportiva en el año 1982, con el único fin de la práctica del deporte del fútbol entre un grupo de amigos, pasó a denominarse Club Deportivo Veteranos de Cenes de la Vega el 10 de enero de 2005. 


En sus estatutos rige un artículo moral que establece “el respeto, la amistad, la humildad como principios básicos a mantener, así como la no discriminación, lo que es una muestra inequívoca de los valores de esta asociación deportiva tan arraigada en nuestro municipio. 

Participan en torneos deportivos amistosos con motivo de las actividades culturales y festivas que tienen lugar en Cenes de la Vega o en otros municipios.






Luis Quirós Alarcón

D. Luis Quirós Alarcón, nacido en Cenes de la Vega el 11 de diciembre de 1935, ha sido una de las figuras siempre presente en la memoria de los ceneros y ceneras por el desempeño de su labor en el municipio. 

Durante años desempeñó en el pueblo, primero la figura de Aguacil de puertas y después la de policía local de Cenes de la Vega, primer miembro en la historia de este cuerpo policial.

Trabajador durante toda su vida,  en las labores del campo y la construcción, comenzó a trabajar para el Ayuntamiento como aguacil de puertas, dedicándose también a cuantas necesidades se le fueran reclamadas,  y lo mismo hacia de fontanero que de electricista. Si alguien en Cenes necesitaba algo, si había que llamar a alguien, lo llamaban a él. 


Actuaba también como notificador y se puede decir que era un todoterreno, dedicado al 100% a su trabajo, un trabajo que sin duda alguna revertía en los vecinos y vecinas de Cenes de la Vega. 








Encarnación Labella Montes

Doña Encarnación Labella Montes fue maestra en el antiguo Colegio Público Dolores Romero Pozo durante 26 años de su vida laboral.

Labella ha sido la “seño” de varias generaciones de ceneros y ceneras, que guardan de ella un recuerdo entrañable de su labor docente, además del trato personal y tan cariñoso. 

Con 73 años de edad se jubiló como maestra en el año 2005. Nacida en el Barranco de San Juan (Güéjar Sierra), vecina de la Lancha del Genil, comenzó a trabajar como maestra en Cenes en el año 1973, cuando este colegio contaba con ocho maestros y maestras. Llegó a ser también directora del centro escolar en unos años en que además desarrolló una gran labor con la Asociación de Padres y Madres. 










Antonio Sánchez Ferrer


D. Antonio Sánchez Ferrer, natural de Cenes de la Vega, fue alcalde y estuvo al frente del Ayuntamiento durante los primeros cuatro años desde la restitución de la democracia (1979-1983).

Años difíciles, nada agradecidos, en los que trabajó con dedicación plena para intentar mejorar las condiciones de vida en Cenes de la Vega, en un momento en el que la población rondaba los 1.500 habitantes, faltaba de todo y había mucho por hacer. 

La primera corporación estaba formada por nueve concejales y la presidió él, tras ganar las elecciones UCD. Le acompañaban en la corporación otros tres concejales del Partido Comunista. El Ayuntamiento entonces empezó a andar con cuatro trabajadores municipales. 

Tras casi cuarenta años, echamos la vista atrás para reconocer los inicios, los años de empezar a abrir zanjas, poner tuberías, echar cemento, encauzar barrancos, traer servicios básicos, como el médico, etc.







De sus años al frente de la Alcaldía, son el proyecto de embovedado del Barranco de Cenes y la construcción del camino hacia el cementerio. Un año antes de dejar la alcaldía, se inauguró la actual casa consistorial, ya que hasta entonces el Ayuntamiento era apenas un local, ubicado en la actual sede de Cáritas, poco acondicionado para prestar los servicios que los vecinos y vecinas requerían. 





miércoles, 24 de julio de 2013

La Economía en Cenes de la Vega


En un principio, el trabajo y la tierra era la ocupación de la mayoría de los españoles. La Vega y el cultivo de la misma fue la principal actividad económica desde la fundación del municipio, pero con el tiempo ha ido decreciendo en función de las nuevas fuentes de crecimiento económico, la construcción y los servicios.

Hasta mediados del siglo XX, el municipio se dedicaba exclusivamente a la agricultura. Había mucha miseria. La gente vivía del campo y del ganado. De siempre ha habido huertas de hortalizas, tomates, pimientos, ... y frutas como las cerezas. Se intentaba vender las cerezas en la plaza del Mercado de Abastos en Granada, lo llevaban los transportistas del pueblo en carros (Antonio Garcia Pinel, Rafael Rodriguez Balderas alias el Pavo, Antonio Esperidon Martin). También existían huertas de nardos y crisantemos.

A los propietarios de fincas rústicas, que unos meses después de terminada la zafra, acudían a la oficina del contratista a liquidar lo que valió el fruto de su cosecha, no así a los jornaleros, que, pasada la campaña o temporada, debían de buscarse la vida en la plaza pública o en la taberna, si no había trabajo.

El de la leña, se ocupaba en ganarse el pan transportando a lomos de un borrico, o en el suyo propio, ramas de pino o ripios de almendro u otro tipo de árbol que encontraba ocasionalmente, que le regalaran o que comprara para revender.

Existían pequeñas tiendas que se llamaban de vinagre o aceite y que por aquellos años tomaban la denominación de ultramarinos y donde se fiaba o se usaba el trueque.

También estaba la silueta diaria del cartero, que pasaba horas al paso monótono de la caballería que subía pendientes y bajaba cuentas.

Los ventorros y ventorrillos de los que ya casi nos queda solamente la historia o el nombre. Allí, los arrieros reponían fuerzas, las más de las veces se solicitaba un plato caliente de lo que la posadera tuviera a mano sacado de la olla o de la sartén. Por allí también pasaban los transeúntes, que dejaban en el aire o en los oídos de la ventera, la última o la más estridente noticia que corría por entonces.

Todo el mundo tenía cerdos, gallinas, cabras, ovejas y vacas, y el estiercol de los animales lo usaban como abono para el campo. Cuando se secaba un cerezo, el tronco se lo llevaba el dueño de la finca y los trabajadores aprovechaban las ramas.

En Calle Abajo existía una Hermandad de Labradores y Ganaderos, donde se organizaba las partidas de trabajadores que iban a trabajar al campo. En 1961 la Hermandad de labradores y ganaderos estaba en la Barranco de Alborox. Luego pasó al edificio que antiguamente era la cárcel y que actualmente ocupa la sede de Cáritas en la calle Real. Más tarde, en la década de los 80, la Cámara Agraria se encontraba en el Ayuntamiento de Cenes de la Vega.

El ganado predominante era el ganado lanar, aunque también se criaban cabras y vacas.

Por Cenes de la Vega pasaba un Camino Real, por donde circulaban los Toros de Pelayo, persona muy influyente en aquella época en Granada, ya que cuando pasaba su ganado, todo se paralizaba en el pueblo.

En la década de los sesenta empiezan las corridas de cerezas, donde se subastaban las cerezas y se las llevaba el mejor postor.

También en la década de los 50 a 70 era típico la venta ambulante en la que venían con una motocarro cargados de artículos de todo tipo: medias, sábanas, manteles, ropa, pañuelos, ....

En 1968 aparece una industria de salado de cueros en la Carretera de la Sierra Nevada, justo donde ahora se encuentra el Centro Sociocultural.

Luego, con el boom inmobiliario que comenzó a finales de los sesenta, empezó a vivirse del ladrillo y del sector servicios (taberna , bares y restaurantes). Una de las primeras tabernas fue el Ventorrillo, frente al edificio Las Mimbres. Cuando venía la gente a vender las mercancías en los carros, hacían parada en la taberna a descansar y a tomarse un vinillo, ya que se consideraba el centro neurálgico del municipio.

“El que va a un entierro y no bebe vino, es porque la suya viene de camino”

Luego fueron apareciendo otras ventas como el Bar Asadero de Pollos Carlillos, Venta de los Rosales, luego apareció el Asadero, el Restaurante Don Gonzalo, Ruta del Veleta, ....

“Vamos a las Venta de los Rosales, que allí nos espera Ernesto (dueño de la venta) y Palomares”.

La ciudad se ha estructurado en torno a la Carretera de la Sierra. Entorno a ella, se han engendrado los nuevos usos industriales, comerciales, turísticos, hosteleros y recreativos.

martes, 23 de julio de 2013

Calle Real en Cenes de la Vega

Es una de las calles más antiguas del pueblo y fue la calle principal hasta que la Avenida Sierra Nevada se convirtió en la calle más importante de Cenes de la Vega. En la Calle Real está la Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Rosario. En ella también existen varios negocios (pescaderia, tienda de electricidad,...). Está detrás del Hotel Don Gonzalo. Por ella también se puede acceder a la Plaza de la Iglesia. Empieza en el Ayuntamiento de Cenes de la Vega y atravesando la Avenida de la Constitución llega hasta la Avenida Sierra Nevada.

Por esta calle trascurre la procesión de San Bartolomé en las fiestas del municipio el 24 de agosto y por muchas más de la localidad y también ha sido siempre el lugar de celebración de las carreras de cintas en bicicleta.

Esta calle era la principal calle de Cenes de la Vega. En la antigüedad era el camino por donde se pasaba para ir a los pueblos de Quéntar, Dudar, Pinos Genil, Güejar Sierra ya que no existía la carretera de la Sierra. Antiguamente en ella se encontraban las dependencias municipales, en una vivienda de la familia Uceda Diaz cuya planta baja albergaba una pescadería y en cuya primera planta se encontraba el Ayuntamiento (de 20 metros cuadrados y con poca luz). En dicha calle también se encontraba las oficinas de Correo, frente a las antiguas dependencias municipales y la cárcel, justo en el edificio que antiguamente fue la hermandad de labradores, correo y una pescadería y que ahora ocupa la sede de Cáritas en Cenes de la Vega.

En 1983 se instala la segunda parada de Taxi del municipio, frente a la Iglesia.

Fotografías antiguas de la Calle Real en Cenes de la Vega
Fotos Antiguas de la Calle Real en Cenes de la Vega

Ubicación de la Calle Real en Cenes de la Vega

Ver Calle Real en un mapa más grande

lunes, 22 de julio de 2013

Mamanati


Mamanati (Natividad Ruiz Contreras): persona muy conocida en el pueblo de Cenes de la Vega, con mucho carácter y vitalidad. Se quedó viuda después de la guerra, con siete hijos. Estuvo a punto de ser fusilada en la guerra mientras su marido estaba encarcelado y le perdonaron la vida para que no se quedaran huérfanos sus siete hijos. Trabajaba en el campo y de asistenta en las casas de los más pudientes. Cuando era ya mayor (tendría unos 70 años) hizo una casa al lado de su cueva con sus propias manos.

miércoles, 17 de julio de 2013

La Población en Cenes de la Vega

La historia de Cenes de la Vega ha sido muy poco estudiada, por ello resulta tan poco conocida. Se cuenta que durante la sublevación morisca de las Alpujarras el municipio de Cenes se ve sometido a un profundo proceso repoblador, propiciado por la corona, para estimular la producción de sus tierras y árboles y llenar el vacío de población existente en dicho lugar, ya que sus habitantes vivían en la ciudad de Granada y sólo se desplazaban a Cenes en la época de la cría de la seda.

No podemos precisar el origen de los nuevos pobladores, aunque se reseña en cuatro casos: Castilla, Portugal, Andalucía y del propio Cenes. Se cuenta que hubo una emigración castellana atraída por el reparto de casas y tierras.

Los primeros asentamientos tuvieron lugar en torno a los Barrancos de Cenes, Alborox y del Arco (s. XVI). En todos los casos existen asentamientos en cuevas practicadas en las medias laderas de los barrancos.
El primer censo conocido, en el año 1568 es de 18 vecinos y 30 viviendas aunque se piensa que su población real debió rondar los 150 habitantes.

La población sufre un crecimiento lento durante varios siglos, ya que existía un relativo equilibrio entre las tasas de natalidad y mortalidad.

A comienzos del siglo XX, tras quedar atrás la década de las epidemias de finales del siglo XIX (cólera, viruela, disentería, tuberculosis,...), tras mejorar las condiciones higiénicas-sanitarias y la inmigración, la demografía experimenta una expansión. También contribuyo a dicho aumento la construcción de una red de tranvías, aunque este crecimiento poblacional tuvo más importancia en los municipios del Noroeste de la Vega, Cenes de la Vega también se vió afectada, aunque en menor medida.

En 1920 el incremento poblacional disminuye y la Guerra Civil Española que enlazó con la segunda contienda mundial frenó enormente el desarrollo de la actividad en general y el aumento de la población. En 1939 termina la Guerra Civil Española dejando mucha miseria y no es, a partir de 1940, cuando vuelve a reanudarse la actividad y el crecimiento.

Entre la década de los 60 y 70 se produce una disminución importante de la población, que coincide con la emigración de mano de obra española a Europa. También se produjo un transvase de población del campo a la ciudad, ya que antiguos campesinos se convirtieron en obreros de fábricas o de servicios.

La población resulta desbordada, sobre todo, en los últimos diez años debido al aumento, más que representativo, del asentamiento de población llegada de otros puntos de la provincia. Ésta se ha visto atraída por la cercanía a la capital granadina, el precio de la vivienda y la calidad de vida buscada en entornos rurales.

Destacar que en 1984 la población del municipio era de 1.100 habitantes. Actualmente, la población en nuestro municipio es mayor de 7000 habitantes.

Bibliografía: "El Apeo y Repartimiento de Cenes de la Vega" (Maria del Carmen Calero Palacios)
"Granada Contemporánea. Breve historia" (Gay Armenteros, J.)
"IV La Época Contemporánea. Siglos XIX y XX" (Gay Armenteros J. y Viñes Millet C.)


miércoles, 19 de junio de 2013

Parque Acuático Aquaola en Cenes de la Vega

Foto del Parque Acuático Aquaola en 1990

En 1985 se concede la licencia de obras para la construcción de un parque acuático a Emiliano Rodriguez Carrillo.

El Parque Acuático Aquaola se inauguró en 1986. En sus comienzos ofertaba una piscina de olas, toboganes lentos y rápidos (Mulhacen y Veleta), Baños de Venus, Río Bravo, servicios generales, oficinas, guardarropa, oficina de control, self-service de cuarta categoria, kiosko de refrescos, tienda de souvenirs y zona de aparcamientos.

En 2002 el Parque Acuático renueva sus instalaciones con nuevas atracciones como la ampliación del Río Bravo, con 40 metros más de emoción desembocando en el Lago Iguazú, un Barco Pirata para los más pequeños y la atracción Black Pipe, un tobogán completamente a oscuras por el que se desciende a bordo de grandes flotadores. También se mejoró el acceso al Parque.

Luego se han ido incorporando nuevas atracciones como el Ciclón, que es un tobogán con recorrido en espiral, el Tobogán Tornado y el Eurobungy. Entre las atracciones favoritas por el público se encuentran el Lago Iguazú, el Black Pipe, el Río Bravo, o los Kamikazes.

El Parque Acuático Aquaola está ubicado en el término municipal de Cenes de la Vega, en la ladera de la montaña aprovechando así lo escarpado del paisaje para crear las bajadas de los toboganes. Esta zona antiguamente la llamaban montaña de los Gigantes.

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lunes, 17 de junio de 2013

Antonio Martínez Rodriguez (Cenes de la Vega)

Antonio Martínez Rodríguez, el último espartero de la zona, que presumió de su crianza en un cortijo, nacido en 1928 y que a la sombra de su padre aprendió, como todos en aquellos tiempos, a la búsqueda de esparto y a la elaboración de los múltiples objetos que se precisaban en las viviendas.

Pero el pasar del tiempo, su matrimonio con Ángeles y su posterior trabajo en el SENPA (Servicio Nacional del Trigo) hizo que Antonio se olvidase de esta tarea cotidiana, que de una forma especial se trabajaba en los momentos de descanso.

Antonio fue el único espartero que finalmente trabajaba esta materia en la zona, si bien como decía Antonio, quedan algunos en Quéntar o Güejar Sierra.

Volvió a trabajar el esparto unos años antes de su jubilación. Un día iba en el tren transportando trigo, paró en uno de los pasos a nivel controlado y vio como el guarda estaba trabajando con un poco de esparto el forro de una damajuana. La charla con este hombre y los consejos de él recibidos hicieron que el gusano que estaba dormido despertara, convirtiéndose en su mayor y único trabajo diario, tras su jubilación.

El trabajo y la posterior comercialización no son rentables. La elaboración de los objetos que se hacen con el esparto como pueden ser, el forrado de garrafas de cristal, esterillas para las puertas de las casas, objetos, figuras, soplillos para las candelas, serones para los animales de carga - hoy en el olvido el serón y el burro - espuertas y centenares de objetos de los que estaríamos un buen rato hablando, tienen un coste elevado. La elaboración de los objetos que realizaba fueron para la exposición que tenía en su casa y de vez en cuando regalaba a sus amigos algunas figuras de esparto. También entre sus trabajos estaba la guita.

El esparto, en primer lugar hay que buscarlo y recogerlo durante el mes de septiembre. Llevado a la casa se pone extendido durante unos 20 días para su secado. Una vez seco se sumerge en el agua por otros tantos días para su cocción - así toma un color más dorado y llamativo - se vuelve a secar y posteriormente se maja, es decir, se machaca con mazo de madera para su buen trabajar suavizando así los objetos elaborados.

Antonio realizó en varias ocasiones una exposición de sus trabajos en diferentes momentos y lugares, todas de carácter social o municipal y con Cáritas, para contribuir a recaudar fondos para las campañas contra el Hambre.

Artículo elaborado por Jesús Sánchez Ubric


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